Tras estudiar una caja desde diversos puntos de vista, debíamos dibujar una "micro amarilla" y, a partir de esta, generar propuestas empleando las siguientes figuras retóricas:
Hipérbole
Materiales: cartulinas, tiralíneas y tempera blanca.
Para este diseño exageré e invertí el ángulo que poseían las micros amarillas menos antiguas (esas de puntas redondeadas), generando un aspecto caricaturesco que, de paso, definió la forma de todas las ventanas. A eso sumé luces delanteras y ruedas exageradamente grandes. Como elementos característicos del objeto original, agregué las pequeñas "cortinas con cenefa" que, junto con los cds colgantes o adheridos al vidrio, adornaban y personalizaban cada máquina (además de conservar las estrellas características de un modelo en particular).
No hace mucho, escuché a alguien decir que las micros que no fueron "enchuladas" con la implementación del transantiago, ahora circulan en regiones y que incluso son usadas como buses para cruzar la frontera norte del país. Además de nostalgia, sentí curiosidad. ¿Cómo se vería uno de estos iconos urbanos transitando por una zona tan remota y climáticamente hostil? Allí nació la idea de ubicar el modelo hiperbolizado en el desierto (que es precisamente lo que determinó la paleta cálida). Con colores tan claros la atención se desviaba hacia los cerros, por lo que utilicé cartulina azul (en lugar de gris) para que, por contraste, devolviera a la micro el peso que el fondo le quitaba. Como el desierto no es sólo arena, añadí cactus (también con un color frío para que contrastaran) y un letrero, característico de las carreteras.
Para este diseño exageré e invertí el ángulo que poseían las micros amarillas menos antiguas (esas de puntas redondeadas), generando un aspecto caricaturesco que, de paso, definió la forma de todas las ventanas. A eso sumé luces delanteras y ruedas exageradamente grandes. Como elementos característicos del objeto original, agregué las pequeñas "cortinas con cenefa" que, junto con los cds colgantes o adheridos al vidrio, adornaban y personalizaban cada máquina (además de conservar las estrellas características de un modelo en particular).
No hace mucho, escuché a alguien decir que las micros que no fueron "enchuladas" con la implementación del transantiago, ahora circulan en regiones y que incluso son usadas como buses para cruzar la frontera norte del país. Además de nostalgia, sentí curiosidad. ¿Cómo se vería uno de estos iconos urbanos transitando por una zona tan remota y climáticamente hostil? Allí nació la idea de ubicar el modelo hiperbolizado en el desierto (que es precisamente lo que determinó la paleta cálida). Con colores tan claros la atención se desviaba hacia los cerros, por lo que utilicé cartulina azul (en lugar de gris) para que, por contraste, devolviera a la micro el peso que el fondo le quitaba. Como el desierto no es sólo arena, añadí cactus (también con un color frío para que contrastaran) y un letrero, característico de las carreteras.
Personificación
Materiales: cartulinas, tiralíneas y recortes de revistas.
Para esta segunda propuesta debía otorgarle a la micro amarilla características de otro ser vivo o cosa. Nunca he sido muy amiga de los viajes: por un lado me molesta en sobremanera mantenerme quieta en un mismo lugar sin la posibilidad de estirar mis extremidades, y por otro, me aterra pasar junto a un vehículo más grande. No importa que tan ancha sea la autopista, el espacio parece encogerse frente a un camión o un bus. Si a eso le sumamos la antigüedad y dudosa mantención de una micro amarilla (que es diminuta frente a un bus de transantiago y enorme en comparación a un auto), obtenemos un peligro sobre ruedas. Como ya había desarrollado el desierto como contexto, seguí la misma línea y di con un animal sumamente peligroso, y hasta letal para el ser humano, que habita en dicha zona: el alacrán.
Para el fondo quise probar inicialmente con algo diferente, y dado que los alacranes habitan en todo clima y lugar (excepto en la Antártida), era la instancia perfecta; no obstante, generar una autopista en un cerro, ciudad, o espacio con vegetación, no resultó como quería y terminaba por descontextualizar al alacrán. Ya con el desierto otra vez en mente, decidí probar con materiales diferentes , una paleta menos cálida y más realista. Decidir el color de la micro no fue difícil considerando que quería algo más cercano a la realidad: los alacranes son negros (un poco pardos en su defecto) o amarillo pálido. La primera opción le quitaría sí o sí el peso que necesitaba, y era prioridad que el alacrán destacara en una paleta fría (celeste, morado, café y gris), y dado que la segunda generaría un buen contraste y daría el peso necesario, el bus-alacrán terminó siendo amarillo una vez más. Para la arena/tierra, utilicé recortes de revista que van del café oscuro al rosado pálido. La técnica es compleja en sí, por lo que los otros elementos debían ser simples y de un solo tono, lo que logré con el uso de cartulina.
Bocetos:
Bocetos:
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